Las tecnologías emergentes prometen crear nuevas profesiones, el Foro Económico Mundial alerta de que el ritmo de empleos destruidos va más rápido que el de la creación de los nuevos ‘trabajos del futuro’. Sin embargo, el mismo informe señala que al 2025 se crearán más trabajos que aquellos que desaparecen, aunque serán de distinta naturaleza. De ahí que una forma de abordar ese escenario por parte de trabajadores y organizaciones se compone del desarrollo de habilidades más “profundas”. Otras dos estrategias son la incorporación de la sostenibilidad en la agenda corporativa y la formación continua. Este último punto es el foco de esta charla.
El principal reto consiste en preparase para trabajos que no aún existen o acaban de crearse.
La formación continua es la mejor estrategia para que los trabajadores puedan ganar el pulso a la rápida transformación del mercado laboral, en eso están todos de acuerdo. Pero en qué formarse y cómo hacerlo, son las dos interrogantes que generan bastante dolor de cabeza. Para ello proponemos dos estrategias, las que implican transversalmente importantes habilidades de autogestión:
1. Desarrollar el propósito laboral: implica la identificación de las motivaciones individuales para el ejercicio de la carrera técnica y/o profesional vinculado al propósito personal que genera el sello propio del quehacer de la persona. Es la brújula que orienta el “qué” y genera consistencia y persistencia en las búsquedas personales.
2. Foco en el aprendizaje estratégico y activo: orienta el “cómo” implica el aprendizaje significativo de contenidos, habilidades y destrezas, en donde la persona es el autorregulador de su propio proceso. El aprendizaje activo alude a la autogestión en la búsqueda de actividades de resolución de problemas, de reflexión o cualquier otra que promueva el pensamiento crítico. Implica abandonar estrategias de aprendizaje pasivo donde la información se obtienen a través de la transmisión de información.